DEFINICIONES | ¿Qué son las unidades didácticas? |
ELEMENTOS | Elementos que componen una unidad didáctica |
DISEÑO | ¿Cómo elaborar una unidad didáctica? |
EJEMPLO | Un ejemplo de una unidad didáctica |
DEFINICIONES ¿Qué son las unidades didácticas?
«La unidad didáctica o unidad de programación será la intervención de todos los elementos que intervienen en el proceso de enseñnza-aprendizaje con una coherencia metodológica interna y por un período de tiempo determinado» (Antúnez y otros, 1992, 104). «La unidad didáctica es la interrelación de todos los elementos que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje con una coherencia interna metodológica y por un periodo de tiempo determinado» (Ibañez, 1992, 13). «Unidad de programación y actuación docente configurada por un conjunto de actividades que se desarrollan en un tiempo determinado, para la consecución de unos objetivos didácticos. Una unidad didáctica da respuesta a todas las cuestiones curriculares al qué enseñar (objetivos y contenidos), cuándo enseñar (secuencia ordenada de actividades y contenidos), cómo enseñar (actividades, organización del espacio y del tiempo, materiales y recursos didácticos) y a la evaluación (criterios e instrumentos para la evaluación), todo ello en un tiempo claramente delimitados (MEC, 1992, 87 o 91 --en Cajas Rojas de Infantil o Primaria respectivamente-). «La unidad didáctica es una forma de planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje alrededor de un elemento de contenido que se convierte en eje integrador del proceso, aportándole consistencia y significatividad. Esta forma de organizar conocimientos y experiencias debe considerar la diversidad de elementos que contextualizan el proceso (nivel de desarrollo del alumno, medio sociocultural y familiar, Proyecto Curricular, recursos disponibles) para regular la práctica de los contenidos, seleccionar los objetivos básicos que pretende conseguir, las pautas metodológicas con las que trabajará, las experiencias de enseñanza-aprendizaje necesarios para perfeccionar dicho proceso» (Escamilla, 1993, 39). En resumen y simplificando, podemos señalar que la unidad didáctica es la unidad básica de programación. En definitiva, se puede decir que se entiende por Unidad didáctica toda unidad de trabajo de duración variable, que organiza un conjunto de actividades de enseñanza y aprendizaje y que responde, en su máximo nivel de concreción, a todos los elementos del currículo: qué, cómo y cuándo enseñar y evaluar. Por ello la Unidad didáctica supone una unidad de trabajo articulado y completa en la que se deben precisar los objetivos y contenidos, las actividades de enseñanza y aprendizaje y evaluación, los recursos materiales y la organización del espacio y el tiempo, así como todas aquellas decisiones encaminadas a ofrecer una más adecuada atención a la diversidad del alumnado. En esta amplia definición se pueden incluir organizaciones de contenidos de muy diversa naturaleza que, aun precisando todos de una planificación que contemple los elementos que aquí se han citado se alejan, en ocasiones, de la configuración de unidades didácticas que habitualmente se ha manejado. Por Unidad didáctica se puede entender un proyecto de trabajo, un taller, la programación de las rutinas, el seguimiento del tiempo atmosférico, la programación de la lectura recreativa, una salida, etc. siempre que supongan una planificación por parte del docente de un proceso de enseñanza y aprendizaje. |
elementos Que componen las unidades didácticas
Es importante considerar que todos estos aprendizajes necesitan ser programados, en el sentido de que para abordarlos es preciso marcarse objetivos y contenidos, diseñar actividades de desarrollo y evaluación y prever los recursos necesarios. Las unidades didácticas, cualquiera que sea la organización que adopten, se configuran en torno a una serie de elementos que las definen. Dichos elementos deberían contemplar: los siguientes aspectos: descripción, objetivos didácticos, contenidos, actividades, recursos materiales, organización del espacio y el tiempo, evaluación. Establecer estos aspectos con el grado de elaboración que cada equipo juzgue necesario, es muy útil para el centro porque supone la confección de una especie de "banco de datos" que favorecerá sin duda la tarea de otros compañeros e impedirá la sensación, que con frecuencia se produce, de encontrarse siempre en el punto cero. Esta tarea rentabiliza los esfuerzos, incluso a corto y medio plazo. En el cuadro que se ofrece a continuación, aparece un breve resumen de los elementos fundamentales que una Unidad didáctica puede recoger
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Diseño ¿cómo elaborar las unidades didácticas?
1. Descripción de la unidad didáctica 1. 1. Breve descripción Elección del tema: eje en torno al cual se va a organizar. Opciones: tópico/contenido, rutina, actividad puntual (acontecimiento, fiesta, etc.) Identificación de las areas implicadas. Título: claro, corto y sugerente. Y nivel al que se dirige. Características «generales», «espaciales», duración, etc. 1.2. Justificación En él podrían figurar aspectos como el motivo de su elección, su finalidad y relación con otras unidades didácticas; puede ser adecuado, también, incluir los conocimientos que necesita el alumnado para abordarla, las ideas previas más comunes o las opciones didácticas que se asumen en su desarrollo. Características psicológicas y evolutivas de los alumnos. Grado de desarrollo y nivel de conocimientos de los alumnos. Coherencia con PEC y PCC. Secuencias con las unidades previas y las posteriores. Oportunidad (cronológica, motivación, curiosidad, importancia). Viabilidad. 2. Elementos que componen la unidad didáctica El gráfico que a continuación presentamos quiere reiterar fundamentalmente la idea de la mutua implicación entre elementos y la necesidad de un proceso de «ir y venir» como señalamos posteriormente.
2.1. Objetivos Identificación de los objetivos generales de área implicados. Gradación de importancia de estos objetivos en la unidad didáctica. Consideración y articulación armónica en caso de más de un área implicada. Formulación de los objetivos didácticos referenciales. El aspecto clave de los objetivos es que están expresados en términos de capacidades y no de comportamientos. Es decir, se considera que lo que la escuela debe ayudar a desarrollar no son tanto comportamientos específicos iguales para todo el alumnado, sino capacidades generales, competencias globales que después se ponen de manifiesto en actuaciones concretas que pueden ser distintas en cada alumno, aunque se deban a la misma capacidad. Como señala Fuentes (1990, 4) los objetivos didácticos se formulan analizando las capacidades que figuran en los objetivos generales de área y poniendolas en relación con los contenidos concretos que hemos seleccionado para la unidad didáctica. Plantearse los objetivos didácticos supone determinar el grado de aprendizaje que se quiere lograr a partir de los conocimientos previos de los alumnos, de los conceptos y estrategias que poseen y de sus actitudes en relación con el tema que desarrolla la unidad didáctica. En definitiva, deben expresar con claridad qué es lo que se pretende que el alumnado haya aprendido al finalizar cada unidad didáctica. Cada objetivo didáctico se refiere normalmente a mas de un contenido y se desarrolla en varias actividades, sin pretender concretarse en una conducta. Estos objetivos constituyen así la referencia más inmediata para evaluar las capacidades de los objetivos generales del área. Dicha evaluación se hace a través de los distintos tipos de actividades que se diseñan para desarrollar los objetivos didácticos. Las funciones básicas de los objetivos didácticos son: servir de guía a los contenidos y a las actividades de aprendizaje, y proporcionar criterios para el control de estas actividades. Los objetivos didácticos deben, en la medida de lo posible, compartirse con las alumnas y con los alumnos. Es importante implicarles en su proceso de aprendizaje y conviene empezar en Educación Infantil para hacer partícipe a cada alumno y a cada alumna de los objetivos que se pretenden en cada unidad. Buscar estrategias para que los escolares se representen, en la medida de sus posibilidades, qué se espera de ellos, qué van a aprender, por qué y cómo. La respuesta a estas cuestiones debe estar presente en la formulación de los objetivos didácticos. Otro aspecto relevante que se debe considerar en la formulación de los objetivos didácticos es su adecuación a la diversidad del alumnado. Las unidades didácticas deben permitir distintos grados de adquisición de un contenido y la participación de todos en una tarea común, para atender al conjunto del alumnado, en la medida de lo posible, en el marco ordinario. Este hecho requiere que, en el momento de formulación de los objetivos, se establezcan algunos que se podrían denominar básicos -y, por tanto, comunes para todos- junto a otros de profundización, ampliación y de refuerzo, para que todos los alumnos y todas las alumnas encuentren actividades en las que desarrollen sus capacidades. De modo que no haya que establecer permanentemente tareas complementarias paralelas al trabajo ordinario que se produce en el marco de la Unidad didáctica. En la definición de los objetivos, las capacidades han de referirse al conjunto de los ámbitos del desarrollo, ya que muchas veces la escuela ha estado excesivamente desequilibrada hacia capacidades de tipo intelectual y no ha prestado la misma atención a capacidades afectivas, capacidades de interacción con otros, capacidades necesarias para la inserción y actuación social o capacidades de tipo motor. Los objetivos didácticos que tienen un mayor predominio en su referencia a conceptos suelen formularse con verbos del tipo: definir, explicar, señalar, identificar, ... Los objetivos didácticos que tienen un mayor predominio en su referencia a procedimientos suelen formularse con verbos del tipo: simular, construir, aplicar, debatir, ... Los objetivos didácticos que tienen un mayor predominio en su referencia a actitudes suelen formularse con verbos del tipo: aceptar, valorar, apreciar, colaborar, disfrutar, ... Dependiendo de la unidad didáctica tendrá mayor predominio uno u otro tipo de objetivos. . Ejemplo de objetivo didáctico para primer ciclo: Elaborar distintos tipos de textos escritos: carteles, señales icónicas, etc. que comuniquen diversas acciones del texto normativo sobre cuidados a los animales. Rellenar cuestionarios y descripciones sencillas tras la observación de un animal (en imágenes o de la realidad). Elaborar monografías sencillas sobre al menos uno de los cinco grupos de vertebrados (mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces). 2.2. Contenidos Este elemento de la Unidad didáctica comprende los contenidos concretos que van a ser objeto de aprendizaje. En su selección deberá cuidarse que estén recogidos contenidos de diferentes tipos (conceptos, procedimientos y actitudes), que exista un equilibrio entre ellos y asegurar la incorporación de los contenidos referidos a los Temas transversales. En este sentido, por ejemplo, en el caso de que en el centro estén escolarizados alumnos con necesidades educativas especiales, cobrará gran importancia la incorporación de aspectos tales como la aceptación y respeto a las diferencias de carácter personal. Los contenidos que se seleccionen para ser trabajados en cada unidad deben contribuir a responder de manera adecuada a las diferencias individuales entre los alumnos. Así, junto a los contenidos básicos o nucleares de la Unidad, pueden incorporarse otros insuficientemente trabajados por algunos alumnos e, igualmente, pueden incluirse contenidos que se consideren de profundización o de ampliación. Aunque éste es un elemento de la Unidad importante, hay ocasiones en que en la formulación de los objetivos didácticos se reconocen de forma clara los contenidos que van a ser abordados, por lo que enumerar de nuevo los contenidos puede resultar un tanto reiterativo. Así pues, objetivos didácticos y contenidos son elementos que están estrechamente relacionados y que no siempre precisan de una formulación independiente. Es conveniente organizar y distribuir los contenidos de forma que se interrelacionen contenidos de distintas áreas y que éstos, además, giren alrededor de temas o proyectos cercanos al alumnado, dado que contribuyen a comprender mejor las situaciones reales que encara el alumno. A partir de los contenidos establecidos en el Diseño Curricular Base, con los contenidos agrupados en grandes bloques, la primera tarea nos lleva a seleccionar aquellos bloques de los que vamos a extraer información sobre los contenidos que vamos a trabajar en la Unidad Didáctica. Normalmente son varios los bloques relacionados con una unidad didáctica, aunque es poco probable que en la misma unidad aparezcan contenidos de todos los bloques del área. Normalmente el criterio de interrelación de contenidos de distinto tipo (conceptuales, procedimentales y actitudinales) y de procedencia de distintos bloques proporciona una buena estrategia para seleccionar todos aquellos contenidos que sean relevantes para la unidad didáctica. Esta reflexión debe extenderse a las distintas áreas presentes en aquellas unidades didácticas que no sean unidisciplinares. Relacionaremos los contenidos de los objetivos didácticos y con los criterios metodológicos: principios de globalidad, actividad, ... Tendremos presente la secuenciación de contenidos elaborada en el proyecto curricular de centro (o etapa) y, en todo caso, trataremos de poner en relación los contenidos de las diferentes unidades didácticas para que a lo largo de todo el curso y/o ciclo hayamos trabajado todos los contenidos necesarios. 2.3. Actividades, Estrategias y Temporalización Teniendo en cuenta todos los elementos anteriores, se pasa a identificar aquellas actividades que consideramos más relevantes para el desarrollo de la unidad elegida. Diseñar las actividades de enseñanza-aprendizaje exige tener presentes los criterios metodológicos que se plantean en el Proyecto curricular, las características del grupo (profesor y alumnos) y los medios de que se dispone. No cabe duda de que la importancia de estos tres factores variará de una unidad a otra. Diseñar actividades coherentes con los objetivos y contenidos de la unidad. Identificar las actividades que realizarán tanto el/la profesor/a como los/as alumnos/as. Necesidad de actividades que trabajen los tres tipos de contenidos (conceptuales, procedimentales y actitudinales). Necesidad de actividades acordes con proceso (motivación, diagnóstico, síntesis, refuerzo...). Definido este marco para las actividades se decide la secuencia en la que, salvo posteriores modificaciones, se van a desarrollar y se prevé el tiempo que se va a emplear en cada una de ellas. Previsión de los agrupamientos y de la dinámica del grupo. Se determina lo que van a hacer los alumnos, individualmente o en grupo, el papel del profesor en cada momento. En los casos de trabajo en grupo se indicará la técnica de trabajo escolar cooperativo más acorde. Al elaborar las actividades conviene considerar que:
Sea cual sea la selección de actividades es importante que todas ellas estén organizadas de acuerdo con una secuencia de aprendizaje en la que se den relaciones claras y pertinentes. Esta consideración es importante pues una mera suma de actividades no debe entenderse como una unidad didáctica. 2.4. Recursos En la programación de la unidad didáctica, y por más que nos parezca obvio, tendremos que preveer los recursos -tanto los habituales como aquellos otros que puedan ser más extraordinarios- que necesitaremos para las distintas sesiones. Los recursos pueden ser de distinta naturaleza: bibliográficos (bien para el profesorado o para el alumnado), audiovisuales, informáticos, visitas de diferentes personas al aula, salidas del centro, etc. La categorización de estos recursos podemos hacerla: Materiales Espacios: el aula habitual y el apropiado diseño espacial, otros espacios del centro o cualquier otro tipo de espacios Materiales didácticos, tanto de uso del profesor como de los alumnos Humanos: posibilidad de colaboración de otras personas (especialistas, padres, madres, ...). En la selección de recursos es necesario tener en cuenta la gran diversidad de intereses y capacidades que siempre existen en el aula, de tal forma, que se puedan utilizar materiales diferentes en función estas motivaciones, intereses o capacidades de los alumnos. Así, un aula con recursos múltiples permite, por ejemplo, tener alumnos trabajando textos de distinta complejidad o funcionalidad; ofrecer materiales variados (manipulabas o no) para aprender un procedimiento; recurrir a la imagen como apoyo al texto... en definitiva, acomodar los recursos y el desarrollo de la Unidad a las características del alumnado. Es importante organizar los recursos materiales de forma que se favorezca su utilización por parte del alumnado de la manera más autónoma posible. Una buena selección y distribución de los materiales es fundamental para atender a la diversidad. 2.5. Adaptaciones curriculares Como señala Fuentes (1990, 5), para atender a las diferentes necesidades que los alumnos presentan dentro de un mismo grupo, la unidad didáctica debe ser lo suficientemente flexible como para permitir que los mismos objetivos se consigan a través de actividades distintas. Esto significa que dentro de ella, tanto para algún grupo de alumnos como para un alumno individualmente, se planifiquen otras actividades que resulten más adecuadas para ellos. Más aún, cuando la mera modificación de las actividades no sea suficiente para responder a sus necesidades, habrá que pensar en modificar los objetivos didácticos mediante la selección de otros contenidos o, por último, en este recorrido «hacia arriba» de los elementos, desarrollar los objetivos generales de área -e incluso de etapa- mediante unos objetivos didácticos elaborados especialmente para un alumno o grupo de alumnos. Finalmente, la especificidad, importancia o permanencia a lo largo del tiempo de determinadas necesidades educativas especiales, llevará a considerarlas no solamente en el ámbito de las unidades didácticas, sino buscarles una respuesta más general dentro del Proyecto Curricular. 2.6. Organización del espacio y del tiempo en el aula Las consideraciones sobre la organización espacio-temporal las decide cada equipo educativo en su Proyecto curricular. Por tanto, son estas las referencias que habría que tener en cuenta a lo largo del desarrollo de las distintas unidades. Ahora bien, cada Unidad concreta que se trabaja implica, a menudo, modificaciones o concreciones a estos acuerdos más generales, que comportan acudir a espacios diferentes de los habituales, modificar los tiempos establecidos a prever agrupamientos distintos. En estos casos, conviene hacer una mención específica a dichas correcciones. 2.7. Evaluación La evaluación se entiende como parte integrante del proceso de enseñanza y aprendizaje y tiene como función obtener información para tomar decisiones, reflexionar, planificar y reajustar la práctica educativa para mejorar el aprendizaje de todos los escolares. En este sentido, la evaluación no se centra en la medición de rendimientos, ni puede entenderse como responsabilidad exclusiva de cada maestro o de cada maestra. De ahí que sea tan importante adoptar, como se ha señalado anteriormente, en el Proyecto curricular acuerdos comunes para toda la etapa y concretarlos en el ciclo. Estos acuerdos son un referente imprescindible que el profesorado habrá de considerar para garantizar que las actividades de evaluación incluidas en las unidades didácticas guarden coherencia con dichas decisiones. Las actividades de evaluación no deben diseñarse al margen del proceso, sino que se situarán en el mismo marco de referencia que las actividades de aprendizaje, de modo que sean coherentes con el proceso de enseñanza y permitan informar al alumnado sobre su propio progreso. En este sentido, las actividades propuestas para el aprendizaje deben ser tomadas como referencia para la evaluación, siempre que en estos momentos se pongan en práctica estrategias e instrumentos de cuyo uso el profesorado pueda extraer datos y conclusiones. También se podrán establecer actividades específicas de evaluación cuando sea preciso obtener informaciones que, tal vez, quedan diluidas, o no suficientemente explícitas, en el resto de las actividades diseñadas. Al incorporar las actividades de evaluación de manera natural y sistemática a lo largo de todo el desarrollo de la unidad didáctica, se está evitando también cierta disociación que puede darse entre el qué enseñar y evaluar, ya que por medio de la evaluación quedan enfatizados ciertos contenidos que muchas veces están en la declaración de intenciones, pero sobre cuya adquisición no se devuelve al alumnado ningún tipo de información, como ocurre, en ocasiones, con los contenidos de actitudes. La información que se deriva de la evaluación servirá al docente para reajustar el proceso de enseñanza y al niño para ir tomando conciencia de su progreso. A continuación se indican algunas orientaciones que pueden ser útiles a la hora de caracterizar la evaluación durante el proceso de elaboración de las unidades didácticas: Es importante planificar actividades de evaluación que permitan al profesorado conocer cuáles son los conocimientos previos del alumnado en relación a los contenidos que se van a trabajar, lo cual servirá tanto para, a partir de este punto, comenzar a trabajar sobre la Unidad didáctica, como para cerciorarse de que es factible lograr los objetivos programados a partir de los mencionados conocimientos previos del alumnado o, en caso contrario, para reajustar la Programación. Es fundamental, de igual modo, que se determinen los requisitos previos para que el alumnado pueda trabajar adecuadamente una determinada Unidad didáctica, requisitos que, en general, son de carácter muy funcional y conectan sobre todo con procedimientos y actitudes. En consecuencia, si el alumnado carece de ellos será preciso trabajarlos, diseñando actividades que se lo permitan. Al diseñar los instrumentos de evaluación hay que tener presente que éstos han de hacer referencia a los contenidos nucleares, incorporando sólo para determinados alumnos o alumnas otras actividades de carácter complementario. En cualquier caso, siempre habrán de estar directamente vinculados con aquellos aspectos de la unidad didáctica que han sido trabajados en el aula. Las actividades e instrumentos de evaluación han de ser lo más diversos posibles y llevarse a cabo a lo largo del desarrollo y finalización de toda unidad didáctica, mediante recursos como: observación directa, cuaderno de trabajo, pruebas escritas (abiertas, cerradas y múltiples), etc. De cara a evaluar el diseño de las unidades, hay que considerar:
La propuesta de unidades didácticas que finalmente componga la Programación promoverá, a través de un desarrollo planificado de las mismas, la construcción del conocimiento a partir de secuencias de aprendizaje que permitan ir adquiriendo hábitos, consolidando destrezas, elaborando nociones, ampliando contextos .... para lograr, en definitiva, el desarrollo equilibrado de todas las capacidades del alumnado. Cada unidad didáctica conviene que sea programada por el conjunto de profesores y profesoras que atiende a un mismo nivel, a partir de los acuerdos que se han tomado previamente en el equipo de ciclo. No obstante dichas unidades han de ser suficientemente flexibles para que, en su puesta en práctica, puedan realizarse las modificaciones necesarias que un determinado grupo demande. Por último, otra cuestión que hay que tener en cuenta a la hora de evaluar es la percepción del propio alumnado sobre los nuevos conocimientos adquiridos, sobre el esfuerzo empleado para ello. Programar y desarrollar actividades de autoevaluación no sólo le permitirá al profesorado realizar una evaluación más completa de los procesos de enseñanza y aprendizaje, sino que, además, contribuirá a que el alumnado vaya adquiriendo recursos que le permitan la autocrítica y valoración de su actividad escolar, afianzando así la autonomía y la capacidad de aprender a aprender. |
UN EJEMPLO DE UNIDAD DIDÁCTICA
«MI FAMILIA»
Algunas orientaciones para diseñar la Unidad Didáctica «Mi familia» para Primaria
Aspectos Introductorios
Lo que cada uno considere conveniente.
Objetivos
Conocer los componentes de la familia (padres, hermanos, abuelos, tíos y primos).
Conocer el vocabulario de las relaciones de parentesco.
Escribir los nombres y apellidos de los miembros de la familia utilizando correctamente las mayúsculas.
Eliminar actitudes y conductas sexistas en las tareas domésticas.
Ordenar los componentes familiares por edades (p.e. en infantil por sexos).
Conocer la historia familiar.
Valorar las actividades de ocio como momento de relación familiar.
Colaborar en las tareas domésticas cotidianas.
Respetar a los miembros de la familia, especialmente a los de mayor edad.
Valorar su nombre y apellidos como símbolo de pertenencia a la familia.
Escuchar a los demás y esperar su tumo de intervención en las conversaciones.
Contenidos. Conceptos
Personas que componen la familia.
Funciones de los distintos miembros
Relaciones de parentesco.
Significado del nombre y apellidos.
Historia de la familia.
Actividades de ocio en la familia.
Tareas en el hogar.
Contenidos. Procedimientos
Diferenciación de los componentes de la familia.
Diferenciación de funciones familiares según edades.
Distinción de actividades propias de la familia.
Establecimiento de relaciones de parentesco.
Construcción del árbol genealógico.
Memorización del vocabulario de los miembros familiares.
Realización de tareas del hogar.
Diferenciación de actividades de ocio.
Contenidos. Actitudes
Participación en las tareas domésticas.
Interés por escribir su propio nombre y apellidos en las tareas escolares diarias.
Respeto a los miembros de la familia.
Participación en las actividades familiares.
Valoración de las necesidades de diversión y descanso de toda la familia.
Respeto a la igualdad en la distribución de tareas sin diferenciación de sexos.
Interés por la correcta realización en las tareas del hogar.
Participación respetuosa en conversaciones.
Actividades de enseñanza-aprendizaje
Actividades de ambientación.
Ante un cartel de una familia se comienza el diálogo.
Se pide que traigan ellos una foto.
Actividad de evaluación inicial: Explica cómo es tu familia. Dibuja tu familia.
Actividad motivadora. Invitar a un-a abuelo-a
Actividades de aprendizaje (implicar todos los sentidos)
Conversaciones.
Imitación de timbres de voz. Poesías.
Canciones. Dibujo.
Juegos de roles (asunción de papeles, realización de tareas,...).
Diálogo sobre distintos acontecimientos familares (fiestas de cumpleaños, nacimiento de un hermano, visita de un familiar.. )
Realización del árbol genealógico. Explicación de un día de ocio.
Escribir los nombres y apellidos de los miembros familiares utilizando correctamente las mayúsculas.
Escribir la edad de las personas de la casa.
Adaptaciones curriculares
Familias monoparentales.
Actividades de ampliación y refuerzo según casos (hacer familias imaginarias desde fotografías de revistas. Diferentes familias en el mundo).
Temporalización
Los modelos de sesiones que presentamos para diez días de trabajo lectivo (2 semanas) se refieren fundamentalmente a las sesiones de tarde. Debe preverse el trabajo de mañana, en las áreas de lengua y matemáticas, que se trabajan diariamente, y en el que se realizaran ejercicios de pensar y escribir frases como familia, hermanos, padres..., separar las sílabas, calcular la diferencia de años entre distintos miembros de la familia, ordenar por edades, ...
1ª Sesión
Utilizando un cartel que represente una familia o bien el libro de «Teo y su familia», comentarlo verbalmente. Hacer intervenir a los niños formulándoles preguntas que les obliguen a observar las ilustraciones con atención. Se procurará despertar su curiosidad sobre los objetos, las personas y las acciones.
2ª Sesión
Cada niño llevará a casa una foto de las personas que viven en ella y las presentará a sus compañeros, diciendo sus nombres y apellidos. Preguntas y respuestas.
3ª Sesión
Dibujo de la propia familia en casa realizando algunas de las actividades cotidianas que cada niño nos explicará y anotaremos. Será el primer trabajo material que cada alumno realiza sobre esta unidad didáctica y nos servirá de contraste con las realizaciones finales para comprobar el progreso. Además de otros contenidos tendremos especial cuidado con los contenidos actitudinales en tomo a distribución de tareas, sexismo, ...
4ª Sesión
Recibimos la visita de un abuelo o abuela. Previamente habremos preparado esta intervención entre el profesorado y la persona que recibimos. El abuelo-a explicará su parentesco con el alumno, cómo ha sido y cómo es su familia y hablará de su profesión.
5ª Sesión
Motivaremos la sesión con el cuento de Caperucita. Destacaremos los personajes de la familia que aparecen en el cuento, señalando que pertenecen a tres generaciones. Conversación sobre los abuelitos y abuelitas de los alumnos. ¿Qué saben de ellos?, ¿Cuántos tienen? Conversación sobre los cambios de las personas a lo largo del tiempo. Modelar a los propios abuelos (en caso de no existencia de ninguno de los cuatro, se hará de personajes de cuentos). Plantear como actividad para casa que los abuelos cuenten a los alumnos la historia de la propia familia.
6ª Sesión
Aprovechando el comienzo de la semana procuraremos tener una conversación sobre las actividades de ocio en familia que han realizado durante el fin de semana. Se confrontarán estas actividades con las realizadas durante los períodos de vacaciones y las de fines de semana de otras estaciones del año.
Para introducir una conversación sobre las hermanas y hermanos podemos utilizar un cuento como «Pulgarcito», «Hansel y Gretel» o «Los tres cerditos». En el caso de que algún niño-a haya tenido un hermano o vaya a tenerlo pronto aprovecharemos esta circunstancia para destacar cuestiones relativas a las actitudes positivas que debe conllevar, ayuda que pueden prestar, ...
7ª Sesión
«Tres regalos para tres sobrinos» nos servirá para introducir los conceptos de tío, primo y sobrino. Aprovechando que ya tienen información suficiente, pueden dibujar un sencillo árbol genealógico en el que aparezcan nombres, apellidos y edades.
8ª Sesión
Escucharemos una grabación en la que un grupo familiar toma decisiones en torno a dos temas: distribución de las tareas domésticas y dónde irán de vacaciones en la próxima ocasión. Identificar por la voz a los miembros de esa familia y comentar los temas de conversación.
9ª Sesión
Respuesta a las cuestiones que nos servirán de evaluación.
El profesor observará detalladamente el nuevo dibujo sobre la propia familia y lo contrastará con el que se realizó en la tercera sesión.
10ª Sesión
Conversación sobre lo aprendido con esta unidad didáctica. Realización de una actividad-síntesis como puede ser una dramatización, una canción ...
Recursos
Listado de recursos personales y materiales que se utilizarán a lo largo de todas las sesiones (los que se han ido mencionando).
En esta unidad didáctica es importante la colaboración de las familias que deberemos prever con suficiente antelación.
Evaluación
En este nivel los alumnos-as deberán percibir este momento de la unidad didáctica como el resto de las actividades.
Posibles actividades que nos servirán para la evaluación:
1. Dibuja, realizando alguna actividad, las personas de tu familia que viven en tu casa.
2. Escribe el parentesco que tienes con cada una de ellas.
3. Escribe sus nombres propios, edades y profesiones.
4. Haz una lista escrita de las tareas domésticas más necesarias (es posible que a esta edad haya que explicar el concepto de tarea doméstica).
5. Escribe al lado de estas tareas quién tiene que realizarlas, quién las realiza y qué te parece.
6. ¿De qué tareas te encargas tú?, ¿cuántos años tenías cuando empezaste a hacerlas?
7. Recuerda la última ocasión en que os reunisteis con vuestros primos, tíos y abuelos, ¿cuándo fue, qué celebrabais? ¿dónde estuvisteis? ¿qué hicisteis?
8. ¿Sabes cuándo será el próximo cumpleaños de un familiar? ¿quién? Piensa una idea para celebrarlo.
9. ¿Has ido alguna vez de vacaciones con tu familia? ¿dónde? ¿que hacíais? ¿cómo lo pasaste?
Unidad didáctica: Recuperando nuestra memoria histórica
Presentación en power point de unidad didáctica y su procesovia unileon.es
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